Antecedentes.- El climaterio se acompafla de una serie de cambios hormonales y alteraciones psicosomáticas y psico-emocionales que afectan a la mujer menopaúsica y deterioran su calidad de vida, pensándose que se deben a cambios en la concentración de neurotransmisores cerebrales como consecuencia de la pérdida de la función ovárica y la profunda deprivación de estrógenos. Objetivo.- Determinar si la deficiencia de los estrógenos y los cambios hormonales que ocurren a la menopausia, pueden modificar la concentración de los neurotransmisores cerebrales y si estos cambios son responsables de la sintomatología psico-afectiva de ansiedad y depresión que se presenta en algunas mujeres menopaúsicas. Material y Métodos.- Se estudió un grupo de 75 mujeres menopáusicas, sanas, de 46 a 60 años, a las que se determinaron LH, FSH, E2, PRL, GH, IGF-1, ACTH, DHEA-S04, cortisol e insulina; neurotransmisores como NA, DA, S, Ach y f3E y los metabolitos urinarios de NA y S (VMA y el Ac. 50HIIA) en condiciones basales y después de administrarles terapia hormonal de reemplazo (HRT) con estrógenos conjugados (EEC) a tres dosis diferentes (0.312, 0.625 y 1.25mg). Para esto las mujeres se dividieron al azar en tres grupos (n=25), seleccionando además 30 mujeres con función ovárica normal, como grupo testigo de comparación. A todas las mujeres se les tomaron muestras de sangre y recolectaron orina de 24hs en condiciones basales y después de 3 ciclos de HRT, para determinar los cambios hormonales que ocurren en la mujer en relación con la edad y al presentarse la menopausia. Además, se aplicó a todas las mujeres la Escala del climaterio de Greene para evaluar las alteraciones psico-emocionales y psicosomáticas que se presentan en el climaterio y relacionarlas con la concentración de E2 y de los neurotransmisores. Resultados.- FSH, LH e insulina aumentaron significativamente a la menopausia; en contraste, E2, PRL, GH, IGF-1, ACTH, DHEA-S04 y cortisol disminuyeron, en especial las hormonas del eje somatotrópico y la DHEA-S04, encontrándose una relación positiva entre el nivel de E2 y la concentración de estas hormonas, mientras que la relación con FSH, LH e insulina fue inversa. La mayoría de las alteraciones hormonales corrigieron después de tres meses de HRT. De los neurotransmisores la NA aumentó su concentración a la menopausia, por el contrario, Ach, DA, S y f3E disminuyeron y lo mismo ocurrió con los metabolitos urinarios: el VMA aumentó coincidiendo con el incremento de NA y el Ac.50HIIA disminuyó, igual que la serotonina, lo que indica que a la menopausia ocurre un desequilibrio neuroendocrino, que puede ser responsable del síndrome climatérico, del cual las aheraciones de la esfera psicoafectiva, son un componente muy importante. Las mujeres menopáusicas presentaron manifestaciones de ansiedad y depresión, algunas de ellas con elevada frecuencia y severidad. Entre las manifestaciones de ansiedad el nerviosismo, el insomnio y la falta de concentración, fueron las más importantes; de los síntomas de depresión la falta de energía, la tristeza y la irritabilidad alcanzaron la puntuación más elevada y se mantuvo hasta después de los 55 años. En consecuencia, la escala psicológica, duplicó su puntuación a la menopausia, con diferencias significativas en relación a la puntuación de las mujeres jóvenes (p < 0.001). De las alteraciones somáticas destacaron las artralgias, la cefalea y los adormecimientos y también fueron importantes las manifestaciones vasomotoras (bochornos y sudoración nocturna) y la abulia sexual. Estas alteraciones aumentaron su puntuación en relación directa con el incremento de NA y la disminución de J3E y S, con coeficientes de correlación elevados entre la puntuación de las escalas y el nivel de los neurotransmisores. La DA en cambio, tuvo poca influencia sobre las alteraciones psico-afectivas, sin embargo, su disminución se relacionó significativamente con la puntuación del cuadro vasomotor y la abulia sexual. La HR T produjo una recuperación importante del nivel de los neurotransmisores y sus metabolitos urinarios y disminuyó la puntuación de las escalas, indicando que la terapia estrogénica tiende a restablecer el equilibrio neuroendocrino, disminuyendo la sintomatología climatérica. Además, se demostró elevada relación inversa entre la puntuación de las escalas y el nivel de E2, así como con la puntuación total de la escala de Greene. Las alteraciones fueron dependientes del nivel de estrógenos; no se presentaron cuando la concentración de E2 fue mayor de 70pg/mL, se manifestaron cuando fue menor de 40pg/mL y en forma severa con niveles inferiores a 20pg/mL, mejorando notablemente con HRT. Las tres dosis tuvieron un efecto positivo sobre las alteraciones climatéricas y en especial sobre las manifestaciones psico-afectivas, que regresaron a la puntuación de las mujeres en edad reproductiva, con la dosis baja de estrógenos (0.312mg). Por otra parte, también se encontró relación entre los neurotransmisores y la presencia y severidad de las alteraciones climatéricas; la elevación de NA y la disminución de S se relacionaron significativamente con la puntuación de la Escala de ansiedad, aumentando la puntuación de las palpitaciones, el insomnio, la excitabilidad, la falta de concentración y el nerviosismo. Los cambios en la concentración de NA, S y J3E influyeron en la escala de depresión favoreciendo la anergia, la tristeza y la irritabilidad, mientras que los cambios de DA, no fueron importantes para la puntuación de la escala psicológica. En cambio, la disminución de DA y el incremento de NA se relacionaron significativamente con la puntuación del cuadro vasomotor en el que no influyó la concentración de S, mientras que en la escala sexual la puntuación se relacionó con el nivel de los cuatro neurotransmisores. En resumen, de los resultados de este estudio se puede concluir que la deficiencia estrogénica a la menopausia determina cambios en la concentración de las hormonas y los neurotransmisores cerebrales, ocasionando un desequilibrio neuroendocrino que a su vez puede condicionar la variada sintomatología clínica que constituye el síndrome climatérico, del cual las alteraciones de la esfera psico-afectiva, fueron muy importantes. Las mujeres menopaúsicas tuvieron manifestaciones de angustia y depresión, de las cuales algunas se presentaron con elevada frecuencia y severidad, además de alteraciones somáticas, vasomotoras y abulia sexual, mejorando significativamente con HRT. Los estrógenos conjugados, administrados a tres dosis diferentes, tuvieron un efecto positivo sobre las concentraciones hormonales y de los neurotransmisores, corrigiendo el desequilibrio neuroendocrino, a lo cual puede deberse su efecto positivo sobre las alteraciones climatéricas, en especial sobre las psico-afectivas, que corrigieron con la dosis baja de estrógenos. La dosis de 0.625mg fue más efectiva para corregir algunas alteraciones, sin embargo, el análisis de varianza mostró que los resultados con las diferentes dosis no son estadísticamente diferentes y que las tres dosis mejoraron las manifestaciones de ansiedad y depresión que presenta la mujer menopáusica.
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